top of page

Croacia: Split, Zadar, Trogir y Blue Lagoon

  • Foto del escritor: Alfredo Moya
    Alfredo Moya
  • 22 ene 2022
  • 4 Min. de lectura

Paseo Marítimo de Split

Desde hace nueve años, Croacia es miembro de la UE, esto ha hecho que los turistas puedan acceder de forma más fácil al país y que este se haya transformado en un paraíso para los turistas de todo Europa.


Bañada por el Adriático, la República de Croacia es la gema de la antigua Yugoslavia, la Reina de los Balcanes y el sitio que todo turista quiere visitar, ha sido toda una revolución la puesta en escena en la lista de destinos TOP 5.


Parece mentira, pero había visitado todos los países que le rodean y este quedaba me pendiente, con la suerte que contar con una muy buena amiga cuyo padre es originario de Zagreb, la capital de Croacia, ¡no podía contar con mejor guía!


Dicho y hecho, con bajas de última hora, puse rumbo a Split un caluroso jueves de Agosto. La verdad, es que volar a Croacia no es especialmente barato, miradlo con tiempo.


La llegada a Split fue tranquila, el vuelo en hora y con menos calor que en Barcelona, pusimos rumbo a la oficina de alquiler de coches, dónde nos sorprendieron con un mastodonte vs el coche pequeño que habíamos reservado, ¡nada mal!


Llegamos al apartamento, dejamos las cosas y pusimos rumbo al Paseo Marítimo de Split, dónde se encuentran la mayoría de restaurantes de la ciudad, para ver la puesta de sol y decidir dónde cenar; acertamos de valiente. Fuimos al Storija, un restaurante mediterráneo-croata con una variedad de platos fusión entre ambas gastronomías pero de alta cocina.

Como aperitivo, te traen pan recién horneado con diferentes aceites de oliva y diferentes sales de origen volcánico y de diferentes regiones del país, seguido, los primeros que consistían en pasta típica de la región y para acabar, el mejor steak tartar que he probado en mi vida, de verdad.




Al día siguiente, callejeamos un poco por el casco antiguo de Split, entrando por la Puerta Áurea y tocando los pies a la estatua del Dioclesiano, ya que dicen que te traerá buena suerte. Esas calles, típicas de pueblo mediterráneo, adoquinadas y estrechas te llevan a los restos del Palacio Dioclesiano y a un especie de patio increíble, con una iglesia a mano izquierda y unas escaleras que te llevan a un pequeño mercado dónde se venden productos hechos a mano y cerámica que debéis visitar.


Después de esa vuelta, pusimos rumbo a Omiš, dónde visitamos nuestra primera playa de agua cristalina, nos tostamos un poco bajo el sol y luego comimos el típico plato que todos los croatas aman, el ćevapčići junto a una cerveza fría. Esa playa, estrecha y pequeña, éramos apenas 50 personas, un gozo.



Pueblos de pescadores croatas

Volvimos durante la puesta del sol a Split, para probar distintas variedades del licor más típico de la region, la Rakia, que la hay de diferentes sabores y graduación alcohólica.

Luego, intentamos buscar un sitio para cenar, ante las largas colas, fuimos a un restaurante que no nos convenció demasiado, pero de vuelta a casa descubrimos otro que era increíble y decidimos comer algo más, llamado Fifi, que sirven cantidades muy abundantes a precio muy barato.


Al día siguiente, pusimos rumbo a una de las ciudades más populares, Zadar. Tras casi dos horas de trayecto y mucha caravana, conseguimos llegar a nuestro destino y seguimos con nuestra rutina de bronceado en la Playa de Kolovare. El agua estaba bastante fría pero compensaba los 35ºC al exterior. Agua cristalina y poco profunda, perfecta para disfrutar otro dia de playa.


A la hora de comer, nos recomendaron un restaurante típico, el Konoba Rafelo, dónde nos atrevimos con una plata para compartir de comida croata, la ración era para dos, pero te digo que allí podían comer 4 personas.... por nada y menos! Nos llevamos el tapper para cenar ese día.



Esa tarde, paseamos por el casco antiguo de Zadar, un recinto medieval, adoquinado y de calles pequeñas como en Split, rumbo al Órgano Marino, un mirador en el que hay agujeros que transportan el sonido de las olas desde 2km adentro del mar, ¡que no te sorprenda si te mojas! Paseamos por las ruinas del centro, y cerca de su catedral paramos a tomar un helado, y contemplar el atardecer.


Al siguiente día, nos levantamos pronto, desayunamos en una pastelería típica de Split, sus típicos bureks de queso y compramos aguas bien frías, rumbo al puerto de Split, desde dónde salía nuestro tour rumbo a la antigua ciudad de Trogir y finalmente al Blue Lagoon.



Visitando Trogir esa tarde

Os recomiendo el viaje con Toto Travel, sale desde Split y no es caro: 45€/día


Afortunados de que la tripulación que nos tocó eran bastante animados, así que al ritmo de buena música y con los motoros a máxima velocidad pusimos rumbo a Trogir. Allí estuvimos una hora paseando por su recinto medieval, haciendo fotos y finalmente tomar una fría y merecida cerveza. Es una pequeña ciudad con mucho encanto y muy fotogénica y rápida de visitar.




Nos embarcamos de nuevo y tras 45 minutos de navegar a toda velocidad, llegamos al paraíso, al Blue Lagoon. Una isla vírgen, sin vehículos y con pequeños barracones de gente local, sólo accesible en barco.

Caminamos unos 10 minutos hasta encontrar un pequeño embarcadero y nos apoderamos de él para bañarnos y tomar el sol, al son de la música de los yates que estaban amarrados a mar abierto.


La última parada del tour, fue en el pueblo de Solta, una antigua localidad pesquera dónde pudimos hacer un poco de compras (souvenirs) y poder comer un poco a la par que contemplar el amanecer y las vistas de toda la bahía para finalmente, volver a Split.


Esa noche, decidimos no fallar con el restaurante, ya que nos habíamos enamorado de ese Steak Tartar y de la excelente carta de vinos, decidimos repetir en el Storija, y no nos defraudó.


Con esa cena, concluía esta escapada de 5 días y 4 noches en Croacia, al día siguiente, hicimos el check-out, fuimos al puerto a recoger al hermano de mi amiga, que venía desde Hvar en ferry, comimos una crêpe y rumbo al Aeropuerto, me esperaban 24h de deshacer y volver a hacer maletas; me iba a Cluj-Napoca de viaje al día siguiente con amigos de mi Erasmus!



Comments


Image by Marco Meyer

MY OWN GRAND TOUR

TO TRAVEL IS THE ANSWER, THE QUESTION IS UP TO YOU

  Artículo del blog  

Blog redactado y diseñado por Alfredo Moya, 2018-2024

bottom of page