Noruega: Admirando los fiordos en Bergen
- Alfredo Moya
- 20 oct 2022
- 4 Min. de lectura
Mediados de Agosto, tomo una decisión importante: cambiar de trabajo. Resultado? Nueve días de vacacions y el reto de improvisar un viaje de mochilero, solo y con 24h de antelación.
Siempre había tenido ganas de visitar Noruega; todo el mundo habla de lo pacífica que es la vida y su gente, de que todo funciona demasiado bien y la verdad, quería comprobarlo con mis propios ojos. Entré en Skyscanner, puse salida desde Barcelona para mañana y a cualquier destino. Elegí el primer resultado: Bergen, Noruega.
Hice la mochilla con ropa para poder sobrevivir 8 días de viaje y algo de ropa de invierno por si el sol no hacía acto de presencia y listo para madrugar rumbo al norte.
Eran las siete de la mañana y estaba en la T1 del Prat listo para subirme a un avión de Vueling con mucho sueño y tres horas de siesta por delante, suerte la mia que tuve plaza en los asientos de emergencia y dormí como un bebé.

Con unas vistas increíbles de los fiordos, pequeñas islas e incluso algo de nieve, aterrizamos puntualmente en el Aeropuerto de Flesland, Bergen. Me subí en el primer tramvía que salía rumbo a la ciudad y ya conocí a las primeras españolas que íban de mochilero igual que yo y casualidad, estaban en el mismo hostel que yo.
Dejamos las mochilas en el hostel (Bergen City Hostel, os lo recomiendo. ppp 35€), comimos algo rápido y pusimos rumbo al Mercado del pescado de Bergen, dónde probamos el tan famoso salmón noruego a un precio desorbitado pero la verdad, es que era increíblemente bueno.
Tras contemplar la bahía y las embarcaciones de pescadores que llegaban al puerto, subimos con el funicular hasta Floyen, el punto más alto de la ciudad dónde pudimos comprobar la maravillosa vista de la ciudad y de los fjords. Decidimos perdernos por la montaña y acabamos tomando una cerveza con los pies en remojo en un lago en la cima de la montaña, que con un color curioso me teñía la piel de color naranja.

En la cima, conocimos a otro grupo de españoles que vivían en Noruega y nos invitaron a que fueramos a tomar algo al acabar nuestra ruta turística por la ciudad, así que volvimos a la ciudad, callejeamos un poco por el casco antiguo de la ciudad, contemplando sus famosas casas de colores hechas de madera y probamos la carne de arce y de reno, una experiencia alucinante y carne increiblemente tierna.
Por la noche, nos animamos a probar algo de comida típica y degustar de nuevo el íncreible y famoso salmón de la zona para después poder ir a tomar unas cervezas por zona del puerto. Nos perdimos por una especie de mercadillo de madera dónde encontramos unos bancos y con cervezas en mano estuvimos charlando todos hasta las tantas de la madrugada y decidimos volver, el termometro íba bajando hasta los 7 grados...
La mañana siguiente, recogimos todas las cosas, los caminos se dividian, Oslo, Trondheim, Suecia, Polonia eran los destinos del grupillo que acabamos montando, mi siguiente destino? ¡Viene en el siguiente post!

Café en vena y un bocadillo muy regular, mochila cerrada y pusimos rumbo a las afueras de Bergen, dónde fuimos a ver una de las iglesias vikingas más antiguas del mundo, la Fantoft Stave Church, del Siglo XIII. Con chubasqueros, paraguas y bolsas de basura para que no se mojaran nuestras mochilas, conseguimos llegar hasta la iglesia tras subirnos en un tranvía y andar unos 20 minutos.
Nos perdimos y andamos por un bosque era increíblemente precioso, rodeados por árboles que mínimo median 30 metros y que apenas dejaban que la luz traspasara, hicimos algunas fotos y volvimos a la ciudad para acabar nuestra rutilla.
Volvimos al centro para ir a visitar la Iglesia de Johanneskirken, una de las más altas del país (67m) teñida de rojo y turquesa en sus cúpulas y después decidimos dar una vuelta por el Nordnesparken, un gran parque lleno de pequeños senderos, restaurantes y clubs de natación en aguas abiertas, muy curioso que en Noruega crean una especie de piscinas privadas con una gran red de cuerdas y los bañistas pasan el día alli en las gélidas aguas del norte. (obviamente nadie se atrevió a bañarse)
Nos quedamos en el parque, contemplando la vista de los fiordos con una cerveza y unas ensaladas que nos prepararamos en un supermercado cerca del parque, hicimos algunas fotos, mojamos los pies en las gélidas aguas del norte y finalmente pusimos rumbo al hostel, recogimos las mochillas y nos despedidmos, algunos íban a la estación central y en mi caso, rumbo de nuevo al Aeropuerto de Flesland, mi viaje seguía pero no en Noruega y te cuento porqué.
Algunas fotos de mi ruta por el Nordnespark:
Estuve mirando la opción de ir hasta Oslo, pasar dos días allí y luego volar hasta Estocolmo por 10€; el problema es que el tren de Bergen a Oslo costaba 110€ y el alojamiento más barato que encontré en internet no bajaba de los 120€ la noche (en hostel y compartiendo habitación), así que hice los cálculos de nuevo y me salía más a cuenta irme algo más hacia el sur y os lo contaré en el próximo post!.
¿Recomiendo Bergen?
La respuesta es SI. Es una ciudad perfecta para visitar en un día o dos, no es demasiado grande y esta genial comunicada en transporte público y puede servir como un buen punto de inicio de ruta por los fiordos y por Noruega, desde allí puede ir hacia ciudades como Trondheim, Stavanger, Oslo entre otras y hay muchos tour operadores que te llevan a puntos de los fiordos algo inaccesibles. Puedes encontrar hostels por 35€ la noche, comer a precio moderado si quieres y pegarte buenos festines si lo deseas, la gente es encantadora. Tienes vuelo diarios a/desde Barcelona con Vueling y con Norwegian.
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