top of page

Nantes: Una ciudad artística y vibrante

  • Foto del escritor: Alfredo Moya
    Alfredo Moya
  • 7 jun 2023
  • 4 Min. de lectura

Cuándo uno piensa en Francia inevitablemente piensa en París, pero... ¿que fué de los vinos de Burdeos, de su increíble riviera mediterránea o costa atlántica o bien esquiar en los Alpes? Así que hoy quiero descubriros un destino alternativo que es perfecto para un fin de semana.


En su momento hice un Erasmus, cosa que me permitió conocer a mucha gente, entre ellos una gran cantidad de franceses todos ellos una ciudad de la cuál nunca había escuchado nada: Nantes, situada a unas horas de París y con vuelos directos bastante asequibles desde Barcelona y Madrid.


Situada al Noroeste de Francia, en la Región de Loire-Atlantique, se esconde esta ciudad vibrante perfecta para todos los públicos y tipologías de viaje.



Palacio de los Duques de Bretaña, Nantes

Atravesada por el río Loira, se esconde esta ciudad que oculta muchos planes y cosas por hacer, así que os contaré un poco todo lo que pude descubrir durante las tres visitas que he hecho a la ciudad de la mano de locales.


Empezamos nuestra ruta desde las afueras de la ciudad ya que nos quedamos a dormir en casa de una amiga apenas a 10km de la ciudad y llegamos a la Gare Centrale de Nantes para empezar a patearnos la ciudad, siendo nuestro primer objetivo el Palacio de los Duques de Bretaña (ya que históricamente Bretaña y Francia eran dos países diferentes que se unieron a mediados del S. XVI).


El Chateau des Ducs de Bretagne (en francés), es una inmensa fortificación situada en el centro de la ciudad que se construyo en 1200, se puede acceder a través de un puente que atraviesa la enorme muralla y foso de la fortifiación y alberga un museo en su interior. Lo mejor que tiene la subida es las vistas, puedes ver todo Nantes desde arriba ¡y tomar una cerveza con amigos!


Una vez terminada la ruta, nos dirigimos a comer unas crêpes típicas por el centro de Nantes en un restaurante bastante original que os recomiendo, se llama Au Vieux Quimpler, yo me pedí un crèpe de queso de cabra, miel, nueces y rúcula que estab espectacular.


Crêpe
El Crêpre que me comí en Nantes

Ya que estábamos en el centro, pusimos rumbo a uno de los sitios más "chic" de la ciudad, unas antiguas galerías comerciales llamadas: Le Passage Pommeraye, con varias tiendas algo caras, de delicatessen. Lo más curioso de todo es que las galerías conectan dos calles entre las cuáles hay un desnivel bastante considerable y vale mucho la pena visitar, comprar ya.... depende de tu bolsillo.


Estuvimos callejeando por la ciudad, rumbo a l'Ile-de-Nantes, el islote de la ciudad que queda aislado por el río Loira en ambos lados y que esconde algo espectacular en su corazón, Les Machines de l'Ile


Este curioso complejo que como su nombre bien indica, esconden diferentes máquinas hechas de madera de tamaños que superan los 20m y en constante movimiento recreando animales. Basado en los antiguos astilleros de la ciudad, son un conjunto de atraciones turísticas que se crearon en 2007, destacando un gran elefante que pesa 45 toneladas y que da paseos por la plaza central de Ile-de-Nantes con casi 50 personas a bordo del mismo. La zona esconde otras atracciones de madera que la gente puede usar durante el día.


El Elefante de las Machines de l'Ile

Para terminar el día, decidimos ir a tomar algo en un sitio un tanto peculiar, un embarcadero a las orillas del Loira llamado O Deck, con una gran panorámica de toda la ciudad y una buena carta de cócteles dónde nos quedamos hasta que el sitio cerró y nos echaron.



Esa noche cenamos en casa de unos amigos en Nantes y tras la cena y algunas copas pusimos rumbo al Ile Beaulieu, sitio dónde se concentra la mayor parte de las discotecas de la ciudad y salimos de fiesta a Hangar 32 hasta las tantas de la mañana y terminamos la noche con un típico croque-monsieur a las 6 de la mañana de camino a casa.


La foto de grupo, todos los Erasmus juntos

Al día siguiente, como era de esperar, amanecimos algo tarde y nos quedamos en casa disfrutando del sol y de la piscina, algo fría pero refrescante, hicimos una barbacoa para comentar las mil anécdotas de la noche anterior, revivimos y decidimos voler a la ciudad para pasear un poco y disfrutar una buena cena.


Tomamos el tramvía para ir hasta el cientro y pusimos rumbo al Jardin Botánico de Nantes, un pequeño oásis de naturaleza perfecto para pasar la tarde, echarse una siestecita y tomar una cerveza con amigos para finalmente ir a la Catedral de Sant Pierre y Saint Paul para ver el skyline de la ciudad durante la puesta de sol, realmente espectacular subir a la cima.



Antes de cenar, fuimos al embarcadero de Malakoff para tomar unas cervezas y luego decidimos ir a cenar a un restarante estilo braserie francés llamado La prisson du Bouffay que sirven una carne espectacular así como ofrecen una gran variedad de vinos y nos dejamos aconsejar para probar un par de vinos de Bordeaux.


Tras una larga cena, salimos a celebrar el cumpleaños de una de las amigas del grupo que a medianoche daba una vuelta al sol, así que tras algunos tequilas terminamos de nuevo en la zona de las discotecas, eso sí, esta vez terminamos en una fiesta con música electrónica y hardcore que no recomiendo a no ser que te guste este estilo musical llamado Warehouse.


Al día siguente, con caras largas y lágrimas, llegó la hora de las despedidas. Algunos rumbo al Aeropuerto, otros a la estación de tren y algunos en coche, se terminaba otro gran viaje y reencuentro con los amigos del Erasmus con los que viví probablemente los mejores seis meses de mi vida.



Con cariño y esperando el próximo encuentro,

Alfred Dupond, mi álias cada vez que viajo a Francia.




Kommentare


Image by Marco Meyer

MY OWN GRAND TOUR

TO TRAVEL IS THE ANSWER, THE QUESTION IS UP TO YOU

  Artículo del blog  

Blog redactado y diseñado por Alfredo Moya, 2018-2024

bottom of page