Londres, escapada exprés, pubs y rascacielos
- Alfredo Moya
- 21 nov 2022
- 4 Min. de lectura
Son muchas las veces en las que nos apetece escapar de nuestra realidad y viajar suele ser la mejor opción. Eso sí, elegir un destino para un fin de semana es complicado, aunque elegir una capital europea es siempre una buena elección. Londres es y siempre será una buena idea.
Me puse a mirar vuelos a última hora y vi que había vuelos a Londres por 70€ ida y vuelta, pedí un día off en el trabajo y a las 8 de la mañana del viernes, tenía mi Uber en la puerta de casa listo para poner rumbo al Aeropuerto.
Aterrizamos a las 9.30 (hora UK) en el Aeropuerto de Stansted, envueltos por una niebla algo densa, bajamos del avión rumbo al control de pasaportes y seguido, buscamos la mejor opción para ir a la ciudad, el tren directo hasta Liverpool St. Station (parece mentira, pero nos costó más el tren que el vuelo).
Bajamos del tren y nos fuimos a Starbucks ya que el deber nunca entiende de festivos y tenía que unirme a una llamada de trabajo y al mediodía ya estábamos ready to go!
Fuimos bajando por las calles de la City de Londres hasta el Támesis hasta la Torre de Londres, cruzamos el Tower Bridge y fuimos a comer algo al Borough Market, uno de mis mercados favoritos.
Después de comer, nos tomamos un café en un bar con vistas a la city de Londres y fuimos al hotel a dejar las mochilas, una breve siestecita y cargar pilas para la noche que se avecinaba.

Decidimos ir a contemplar las vistas de Londres desde la cima del Sky Garden Bar, en el famoso walkie-talkie, a modo de warm-up, esa noche, íbamos a quedar con un amigo de Londres, Tom, que nos llevaría de ruta por el Londres que no sale en las guias turísticas por el barrio de Clapham y Battersea. Cenamos en un restaurante vietnamita que estaba muy bueno y luego empezamos la ruta de pubs, con música en directo, varias pintas de cerveza de todo tipo y acabamos cantando y tomando el poder del micrófono dentro del pub y cantando.

Si algo caracteriza a los ingleses es su capacidad de hacer locuras, así que Tom pidió un Uber y cruzamos todo Londres, literalmente, para llevarnos a Hackney y recorrimos más pubs hasta que dijimos que no podíamos más.
Al día siguiente, nos levantamos, tomamos un buen café y fuimos a buscar la Northern Line del tube rumbo a Leicester Square. Estuvmos callejeando la City, pasando por las famosas tiendas de Oxford Street, la increíble Picadilly Circus con sus marquesinas de publicidad al estilo americano, asombrados por el lujo de Knightsbridge y Mayfair hasta llegar al St James' Park, dónde nos sentamos para comer algo.
Toda visita en Londres requiere una visita a su majestad, así que nos acercamos a Buckingham Palace para ver si había cambio de guardia y sorpresa, la Reina no estaba en palacio así que no harían el desfile, vimos que era hora de volver hacia atrás y visitar las Houses of the Parliament, Westminster Abbey y el gran Big Ben de Londres; hicimos unas fotos espectaculares en medio de la carretera y me sorprende que sigamos vivos.
Pasando por el London Eye y seguido de la Tate Gallery, encontramos un Bar en la riva del Thames y nos sentamos a tomar un aperol y hacer tiempo hasta la tarde, que habíamos quedado con unas amigas de Londres para ir a una especie de flea-market cerca de London Bridge, llamado Vinegar Yard, un espacion enorme con food-trucks, bares y música. Nos quedamos hasta que cerraron y luego nos fuimos a visitar el Mercato Metropolitano, otro flea market dónde había diferentes zonas con música, food trucks con comida italiana, bares con todo tipo de cócteles y música de los 80-90; disfruté como un niño pequeño la verdad.

Al día siguiente, decidimos dar una vuelta por la zona de London Bridge, hasta el City Hall y desde allí pusimos rumbo a Covent Garden y finalmente acabar en Camden Town, dónde iriamos a comer, callejear y hacer un poco el turista. Creo, que es uno de los barrios más chulos de la ciudad y con una variedad de comida, bebidas y tiendas alternativas con mucha vida.
Nuestro amigo Tom, se acercó a Camden y nos dijo que nos llevaría a un sitio que sólo los locales conocen para ver unas vistas de Londres poco frecuentes. Subimos una cuesta y llegamos hasta el Primrose Hill, colina desde la cuál se puede ver todo el skyline de la ciudad, tomamos una cervecita y pusimos rumbo al hotel, nuestra escapada por Londres había terminado y teníamos que ir haciendo via hasta el Aeropuerto de Gatwick.
Fotos de nuestro día en Camden Town
La verdad, es que Londres es siempre una buena opción para escapar un fin de semana y nunca repites planes. Creo que siempre que voy, noto que me he dejado cosas por visitar y sinceramente esta vez fue diferente, nos lo tomamos con tranquilidad, disfrutando del momento y sin preocupación alguna acerca de si había que visitar algo o no; es una ciudad que he visitado cinco veces y creo que la visitaré otras cinco como mínimo asi que, tengo tiempo de sobras.
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