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Gdansk: La joya de la corona polaca

  • Foto del escritor: Alfredo Moya
    Alfredo Moya
  • 24 dic 2022
  • 4 Min. de lectura

En Agosto, decidí hacer un viaje de mochilero, solo, a último minuto e improvisado, ya que lo reservé todo el día antes de irme.

Canal de Gdansk

Me puse a mirar combinaciones de trenes, vuelos, autobuses y ferries para definir una ruta que tuviera sentido y que durara 9 días. Cuando ya tenia en mente la ruta y empecé a comprar vuelos, mágia, los precios que me mostraba Skyscanner no encajaban con la realidad y tuve que modificarlo todo pero con parte del recorrido organizado, así que volé rumbo a Bergen para pasar tres días, un vuelo hasta Gdansk para pasar otros tres días y luego visitar otra ciudad en Polonia y volar a Barcelona.


Eran las 5 de la tarde, 7ºC, y yo en el Aeropuerto de Bergen, Noruega, listo para embarcar en un vuelo de Wizz Air rumbo al norte de Polonia. Si os soy sinceros, no había organizado nada y no tenía planificación ni expectativa alguna de lo que me íba a encontrar y os garantizo que la realidad lo superó con creces.



Con una población de más de medio millón de habitantes, es el orígen de la actual democrácia polaca y sitio dónde afloró el liberalismo económico y la desvinculación total del bloque soviético.

Pierogis típicos de Polonia

Aterricé a las 19.30, tomé un autobús rumbo al centro de la ciudad y reservé un hostel para esa primera noche en el centro de Gdansk. Esa noche, llegué al hostel, me senté con mi iPhone y junto con las recomendaciones de amigos de Polonia definí posibles rutas y cosas que hacer. Nada mas llegar a la habitación, convencí a la gente para salir a cenar y nos fuimos rumbo al centro histórico a comer los típicos pierogis en el Restaurante Pierogarnia Stary Mlyn. Después de cenar, dimos una vuelta de noche por el centro, tomamos una copa y nos fuimos todos a dormir.


Al día siguiente, me levanté y una de las chicas con las que compartía habitacón me dijo, ¿tienes planes hoy, sabes que visitar? Y le comenté que una amiga me recomendó visitar Sopot, una ciudad costera con mucha vida y destino vacacional por excelencia en la región.

Fuimos a la estación central y por 4 zloty, tomamos un tren rumbo a la siguiente parada.


Llegamos a las 11 de la mañana, bajo un sol abrasador y sorprendentes 30ºC, así que tomamos un café y un helado, nos perdimos por las calles de Sopot y atravesando urbanizaciones que parecían ser privadas llegamos hasta el embarcadero (al más puro estilo californiano) y fuimos a la playa. No tenía pensado que en mi viaje entraría un plan de playa así que nada, calconcillos y al agua! Estuvimos tomando unas cervezas y fuimos a comer por el centro, en un increíble restaurante llamado 1911 Restaurant.



Visitamos un famoso edificio que se parece a la Dancing House de Praga llamads Krzywy Domek, seguido de una ruta por la zona del Puerto de Sopot, el Embarcadero Molo w Sopocie y la plaza de Skwer Kuracyjny que estaba repleta de tiendas con productos artesanales.


Tras pasar el día, volvimos a Gdansk en tren, fuimos al hostel y nos despedimos, como había reservado a última hora en ese hostel ya no había espacio y fui al Hostel La Guitarra, que realmente fue un gran acierto con ubicación perfecta al lado del Canal de Gdansk.


Me saqué la arena de los zapatos, me duché y fui a la common area del hostel para organizar el resto del día y junto con una chica de Georgia que íba de mochilera nos fuimos a dar una vuelta por la isla de Olowianka, situada en el medio de la ciudad y rodeada de canales, había un Festival Gastronómico y música en directo. Pasamos la tarde a modo de language exchange.


Luego, fuimos a cenar por la zona del Dom Ferberow (Iglesia principal de la ciudad), pasando por la famosa Cow's Gate y comimos comida típica de Polonia hasta hartar y por menos de 10€. Otra calle que podéis probar es Mariacka, repleta de vida y totalmente peatonal.





SI hay algo que destacar de la ciudad es que tiene mucha vida nocturna, así que fuimos a tomar unas copas por el canal a orillas del Rio Moltawa y la verdad, el ambiente era increíble, música en vivo y la gente muy animada, terminamos en el Mala Sztuka Cocktail Bar


A la mañana siguiente decidí hacer de guiri, hacer fotos y visitar todo lo importante que se esconde en la ciudad. Puse rumbo a la Dlugi Targ, la calle principal de la ciudad, toda peatonal y repleta de bares y restaurantes hasta el Puente de Zielony para despúes ir hasta la Golden Gate. La arquitectura del centro es espectacular, está llena de casas con colores vivo y cierto estilo clásico que no te dejan indiferente. Tiré una moneda en la fuente de Neptuno para ver si da suerte y seguí con la ruta.



Decidí subir hasta la cima de la Iglesia de Santa María, punto desde el que puedes contemplar la ciudad, apreciar su arquitectura y ver los canales desde más de 45m de altura.


Como siempre, volví hacia el Canal para ver la majestura Zuraw, una antigua grua que se usaba para cargar el grano de las barcas que transitaban por el rio hasta las famosas Letras de GDANSK, punto en el que hay que hacerse la foto.


Algo que destacar y que convierte a Gdansk en una ciudad muy importante para el pueblo polaco es que allí se fundó Solidarnosc, la primera asociación de libre comercio entre el bloque comunista y la Europa Continental y principal impulsor de la transición al liberalismo económico con visión capitalista del que disfruta ahora mismo Polonia recibiendo el apoyo de Estados Unidos y muchas naciones europeas. Su fundador, Lech Walesa recibió el Premio Nobel de la paz en 1983 por su gran tarea y en 1990 se convirtió en Presidente de la República de Polonia, siendo el primer presidente elegido democráticamente en el país después de la etapa comunista. Si vistáis Gdansk, veréis muchas menciones al movimiento Solidaridad y a la figura de Walesa.




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Image by Marco Meyer

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