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Washington DC: Una visita en línea recta

  • Foto del escritor: Alfredo Moya
    Alfredo Moya
  • 15 dic 2023
  • 5 Min. de lectura

Probablemente solo haya una ciudad en el mundo que tenga todos los monumentos a visitar en una sola avenida, esta se la conoce como "The Mall" y la ciudad de la cual estamos hablando es la capital de los Estados Unidos de América: Washington D.C.


Fundada a finales del siglo XVIII tras la independencia de los Estados Unidos de América, se decidió que el país deberia tener una capital nueva, especialmente diseñada para convertirlo en el centro neurálgico del país, a construir desde cero y esta tomó el nombre de su primer presidente.

Washington fue la primera parada de mi viaje a través de la costa este de los Estados Unidos, allí estuve tres días, suficiente para visitar la ciudad de forma tranquila para luego seguir mi ruta hasta Boston con parada en Nueva York.

Tuve la suerte de encontrar vuelos bastante baratos: 330 € ida y vuelta, volando a Washington y la vuelta desde Boston, final de la ruta con United Airlines.


Así que tras casi ocho horas de vuelo en un Boeing 777, aterrizamos en el aeropuerto de Dulles y luego con el metro llegamos a nuestro hotel, el Hamilton Hotel


Lo primero que hice nada más aterrizar fue ir a la Apple Store Carnegie, ubicada dentro de una antigua biblioteca, ya que mi antiguo iPhone tenía la cámara principal obstruida y obviamente no podía estar sin cámara en un viaje tan importante, así que con un descuento de casi un 40 %. VS España (1499EUR en Barcelona vs 999EUR en USA por el mismo modelo), pude comprar un nuevo iPhone.


Ese día llegamos algo tarde, así que la única visita del día a parte de la tienda Apple fue la Casa Blanca y el centro de la ciudad hasta el restaurante del Hotel, donde cenaríamos antes de ir a dormir, justo al lado del The Washington Post.



Al día siguiente y con alarma a las 7:00 de la mañana, fuimos a buscar un café y un bagel y dispuestos a recorrer todo el Mall, siendo nuestro punto de inicio el Capitolio. Realizamos la visita guiada con un guía oficial y lo mejor de todo es que la visita es totalmente gratis, ya que el gobierno quiere que la gente pueda conocer la historia de donde se toman las decisiones del país. (Debéis reservar hora de con 2-3 semanas de antelación)



Tras esta espectacular visita, pusimos rumbo hacia el otro extremo de la avenida, programando toda una serie de paradas y visitas a lo largo del recorrido que nos permitirían ver todo lo importante que esconde DC. La primera de ellas fue comer en un puesto callejero y pedir el típico Hot Dog americano.


Nuestra siguiente parada fue visitar el Museo Smithsonian, concretamente el del Aire y del Espacio. Debéis comprar entrada anticipada y dato importante, hay varios museos que conforman el Smithsonian y todos ellos cierran pronto con última admisión que suele ser a las 4pm. El museo alberga todo un seguidor de aviones de todas las eras y de todos los tipos, desde un Boeing 747 hasta un avión de caza pasando por el primer avión a reacción de los Estados Unidos. Para mí fue una fantasía ya que soy un apasionado de la aviación, así que os dejo algunas de las fotos de su interior:



Seguimos nuestra ruta avanzando por el National Mall y nos paramos en el Monumento a Washington, un obelisco en honor al primer presidente de USA y cuya entrada es un donativo de un dólar para su mantenimiento (debes comprarla con antelación a través de su web) y las vistas son espectaculares



Monumento a Washington

Rodeando el lago Tidal, fuimos al Monumento a Jefferson para finalmente llegar al memorial de Martin Luther King y memorial de la Segunda Guerra Mundial.


Justo al lado de este último monumento se ve el famoso estanque largo que termina en el Monumento a Lincoln, que probablemente suena de la película Forrest Gump, si hace buen tiempo, verás su reflejo en el lago.







Y eso si, parando antes a comprar un helado, seguimos a lo largo del National Mall, pasando por los Memoriales de los veteranos de guerra de Corea y de Vietnam.



Monumento a Abraham Lincolin

Ese día de ruta por el Mall lo finalizamos en el Memorial a Lincoln, ese impactante monumento que todos hemos visto en películas, en el cual Abraham Lincoln está sentado en una silla y observa toda la avenida principal de la ciudad de Washington hasta el Capitolio y que por desgracia tenía parte de la fachada en construcción.


Parece corto, pero la verdad es que haciendo varias paradas ese día recorrimos un total de 15 km hasta llegar al Hotel donde cenamos y nos preparamos para salir de fiesta.



Esa noche, contaba con Shahin, un amigo de Erasmus que vivía en la ciudad me llevó a los alrededores de la universidad George Washington, zona donde se concentra toda la fiesta de la ciudad. Con precios bastante altos, por ejemplo un gin tonic te cuesta 18 $ o una cerveza te cuesta 10 $ y de tamaño pequeño, tienes espectaculares discotecas de varias plantas, la mayor parte de ellas con Rooftops y terrazas espectaculares así como diferentes Pubs pequeños con música en directo y gente de todo el mundo. Fue una gran noche que terminó con un kebab y a dormir. Os recomiendo el Madhatter o el Debbis Garden (este último es un laberinto con 6 plantas temáticas)


Al día siguiente, nos levantamos algo tarde, desayunamos y pusimos rumbo hacia el río Potomac, donde cruzando el río y llegamos al Cementerio de Arlington. Para mí fue una de las visitas más espectaculares de todo el viaje ya que, el cementerio de Arlington alberga más de 80.000 tumbas de diferentes personas que han servido y han fallecido al servicio del ejército de los Estados Unidos.



El cementerio está organizado por zonas, según en la guerra en las cuales los difuntos han servido. Una de las tumbas más visitadas es la del presidente John Fitzgerald Kennedy, asesinado durante su mandato como presidente. Eso sí, hay una tumba en la que se te ponen los pelos de punta y este, es el Monumento al Soldado Desconocido que representa a todos aquellos soldados que nunca pudieron ser enterrados y/o identificados tras caer en combate por los EEUU. Siempre hay un soldado que vigila este monumento y el cambio de guardia se produce cada 30 minutos en verano y cada hora en invierno y se guarda silencio sepulcral.


Tras la visita a Arlington, pusimos rumbo al Hotel en metro, recogimos nuestro equipaje y nos dirigimos a la Union Station para coger un tren rumbo a Nueva York: la ciudad que nunca duerme y título de mí siguiente Post.




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