Marrakech: Un caos que te atrapa
- Alfredo Moya
- 23 nov 2023
- 4 Min. de lectura
Solo me faltaba tachar un continente en el cuál no he estado y este es África.
Al improviso y comprando los vuelos el día antes, por solo 32 € ida y vuelta con Ryanair volé desde Barcelona a Marrakech.
Así que, esa misma tarde preparé mi mochila y al día siguiente, a las 7:00 de la mañana, rumbo al aeropuerto de Barcelona con el pasaporte en mano.
A estas alturas en Barcelona estamos a 12°, mi sorpresa fue aterrizar en Marrakech con unos increíbles 30° y unas ganas increíbles de sacarme jersey y chaqueta sin pestañear.
Tras salir del avión en el aeropuerto de Menara, , un espectacular aeropuerto reformado hace pocos años y de aspecto súper moderno, fui directo al control de pasaportes y tras 40 minutos de espera y una entrevista profunda, fui a buscar un autobús para ir rumbo al centro de la ciudad que tansolo costaba 1Eur y me dejaba en el corazón de Marrakesh, la Plaza Jemaa El-Fnaa. Os recomiendo tomar el bus local ya que los taxis te pedirán mínimo 20Eur.
Desde la plaza, fui callejeando a través de esas calles estrechas características de Marruecos hasta llegar a mi hostel, el Riad Rouge Marrakesh, donde me recibió el responsable del hostel, un chaval joven y súper cordial con el típico té de menta que se toma en la región. A los pocos minutos, ya conocía gente que acababa de llegar y junto a ellos, sin apenas conocernos, nos fuimos a patear la ciudad rumbo a descubrir la gastronomía local.

Esta tarde la pasamos probando diferentes platos típicos como el couscous, el Tajín, y otras variedades locales de la región, todo ello por menos de tres euros por persona. Estaba alucinando de lo barato que era la ciudad hasta que llegamos a la plaza central y caímos en una trampa para turistas, un restaurante de brochetas en Jema El-Fnaa. El camarero que hablaba cinco, nos iba diciendo que este plato era gratis, que el otro también era gratis e iba sirviendo comida sin parar alegando que a eso invitaba la casa por ser buena gente... conclusión: pedimos seis platos para compartir y encima de nuestra mesa teníamos más de 20. La cuenta ascendió a casi 1000 Dirhams, unos 90eur al cambio, algo totalmente fuera de lo normal en un país como Marruecos: Nos habían estafado, pero la comida estaba espectacular.
Os dejo un resumen de la ruta gastronómica:
Foto 1: La mesa llena de platos "gratis"
Foto 2: Comiendo una sopa típica con los locales a 0,20€
Foto 3: Comiendo un plato típico hecho con una base de pan de pita con una salsa hecha a base de cebolla, aceitunas y ajo
Tras esa decepción, aprendimos la lección: hay que negociar absolutamente todos los precios en Marruecos. De camino al Hostel, nos encontramos una familia de turistas ingleses que habían pasado por lo mismo, pero negociaron diciendo que llamarían a la policía si no les llevaba en el ticket con cada importe bien detallado, ¡toda una artista!
Para esa noche compramos unas cervezas en el único supermercado de la ciudad que vende alcohol, Carrefour, y nos quedamos en el rooftop del hostel conociendo al resto de gente que viajaba sola por Marruecos. Eran las 3 de la mañana y nos fuimos a dormir.
Al día siguiente me junté de nuevo con la gente del hostel y nuestra suerte es que uno de los integrantes era nacido en Marruecos pero había vivido toda su vida en Seúl, Corea del Sur, así que con intérprete y traductor nos fuimos a callejear por los diferentes bazares del Zoco Semmarine, parando en tiendas de alimentos, de especias y de todo tipo de productos de cuero y ropa a precios muy asequibles. Lo que me parece increíble es que las calles son súper estrechas y hay un flujo constante de motocicletas y gente sin casco que aprovechan cualquier hueco para adelantarte sin ni siquiera tocarte ni un pelo; pronto los veo en MotoGP, tienen un don.
Toda la mañana negociando con cada tienda, en la cual queríamos comprar algo, probamos comida callejera, nos comimos un buen Shawarma y alucinamos con lo bueno que está el pescado frito que hacen condimentado con especias.
Esa tarde, pusimos rumbo a la Medina para ir a visitar el Jardin Majorelle y la Fundacion Yves Saint Laurent. Entramos al jardín y la verdad debo decir que es una visita espectacular. Una mezcla de plantas gigantes que invaden edificios de arquitectura árabe, pero pintados con colores muy vivos, mayormente azul eléctrico y todos ellos con pequeños estanques llenos de peces. Dentro del jardín se esconde la fundación YSL, donde hay un pequeño resumen del diseñador de moda francés que siempre que necesitaba inspiración viajaba a la ciudad marroquí hasta su fallecimiento.
Esa noche cenamos otro Tajín y probamos sándwiches hechos en puestos callejeros, cuyo precio no pasaba del euro, ¡espectacular! Tras cenar y estar en el rooftop del Hotel con la guitarra cantando, canciones unos pocos aventureros nos fuimos de fiesta en las afueras de la ciudad en el barrio de Gueliz y si os soy sincero, ¡aluciné con la fiesta que se pegan allí!
Al día siguiente reservé un Tour por el desierto cerca de Marrakesh, no me quería perder la oportunidad de dar un paseo en camello, aunque sé que es algo muy turístico y muy cliché. Después de pasar el día por el desierto, volví a la ciudad visitando el Jardín Secreto, un sitio muy chulo para ver la puesta del sol con gente y tomar un té con menta.
Al día siguiente tenía poco tiempo ya que mi vuelo salía al mediodía, tuve que elegir un solo sitio para visitar y elegí ir a Medersa Ben Youssef, un edificio del Siglo XIV que actualmente es un centro creado para enseñar el Corán a los estudiantes y que a día de hoy alberga muchas referencias arquitectónicas y no te deja indiferente.
Tras mi breve visita, tomé un café y por sólo 0,40 Eur me planté en el aeropuerto. Mi último drama fue que en Marrakech no aceptan boarding passes digitales, así que fui de tienda en tienda hasta que muy amablemente en la oficina de alquiler de AVIS me imprimieron el Boarding pass, hice parada en el VIP Lounge del Aeropuerto para comer algo y embarqué, como siempre, al son del Last Call, rumbo a Bélgica.
Me quedé con ganas de visitar mas cosas, así que, si vais a Marrakesh os recomiendo ir 5 días, para poder hacer excursiones a las Montañas Atlas, a otras ciudades como Essaouira o poder disfrutar de un Hamam, cosa que me arrepentí de no hacer por menos de 10 Eur.
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