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La parte tierna de Irlanda

  • Foto del escritor: Alfredo Moya
    Alfredo Moya
  • 18 may 2018
  • 4 Min. de lectura

Actualizado: 19 may 2018

Irlanda, un país verde, escarpado y vírgen. Ocupado por celtas, galos y finalmente invadido por británicos, ha cambiado de forma considerable en el transcurso de la historia. Si nos centramos en los últimos años de su historia, podemos ver que ha habido una gran migración de empresas y multinacionales hacia su capital, Dublín, debido a la baja fiscalidad y la ridícula tributación que todas ellas pagan en concepto de impuestos.


Pese al avance de las empresas en Dublín, el país ha sabido gestionar su éxito y cosechar los beneficios, reinvirtiendo en sus ciudadanos y manteniendo su identidad y señas características, pues Irlanda sigue teniendo su esencia céltica y gaélica da igual donde mires.


Este post, se remonta al 2015, fecha de mi viaje de 11 días por la Isla de Irlanda. En ese entonces, con mi antigua pareja, estabamos viendo una película llamada Circle of Friends, nos enamoramos de los paisajes que salían y compramos nuestros vuelos a Irlanda.

De entre todos los sitios que visitamos, siento un especial cariño a un municipio del Condado de Kilkenny: Inistioge.


Después de cuatro días en Dublín, nos duchamos, recogimos nuestro equipaje y pusimos rumbo a la estación de Heuston, a las 10.10 subíamos en un tren que nos llevaría rumbo a lo desconocido. El trayecto fué corto, no llego a las 2 horas y lo amenizamos con el Free WiFi que hay a bordo, todo iba bien hasta que recibimos un llamada de un número irlandés: Nuestro próximo hotel.


Imágen de nuestro hotel en Thomastown, County Kilkenny

Una señora con acento irlandés cerrado nos preguntó por nuestra hora de llegada y que si vendríamos en coche o en taxi desde la estación de Thomastown,

nuestra respuesta fue que iríamos a pie y a continuación se rió y nos preguntó que si era una broma? Se ve que el puente que Google Maps nos daba de ruta ya no existía... No conseguimos entender que dijo a continuación.

La estación de tren

Llegamos a una estación inhóspita dónde una señora de unos 70 años esperaba al lado de un BMW; esa señora era la propietaria del hotel y por sorpresa, nos venía a recoger.


Llegamos a una finca de grandes jardines y casa señorial típica irlandesa: Habíamos llegado a nuestro destino. Nos dieron la llave de nuestra habitación la cuál era de película, digna de un Hotel de Lujo de los años cincuenta. Después de instalarnos, llamamos a un taxi para ir desde nuestro hotel hasta el lugar soñado: Inistioge, ese viaje de 12Euros en taxi lo recordaré toda mi vida. Una especie de coche tuneado al mando de un irlandés de casi 90 años nos llevaba a 100km/h hasta nuestro destino y sin taxímetro. Al llegar, el conductor se apoyo en el volante y se quedó inmóvil durante quince segundos, pensábamos que estaba inconsciente pero lo que hizo, ¡fué contar los km hechos mirando el velocímetro!


Inistioge, Inis Tíog en irlandés y pronunciado Inis-tíg, con apenas 260 habitantes y 14 calles, es una maravilla sacada de un documental de National Geographic. Dos turistas, hablando un idioma que no es el suyo, si, daba mucho el cante pero no nos impidió el visitar, teníamos todo el pueblo para nosotros.



Hicimos la primera parada en el famoso Bar Old School River Café, donde tomamos una taza de café y comimos algún dulce típico y cogimos fuerzas para andar y perdernos por sus prados, bosques y caminos sin saber dónde íbamos exactamente. Nos perdimos, nos volvimos a perder y no dudaría en volver a perderme entre sus calles y bosques, es algo fuera de lo

común, siendo una fusión entre la piedra y lo natural. Eran casi las 15h, algo tarde para ir a comer, suerte la nuestra que el único restuarante del pueblo aún no había cerrado. Degustamos su cultura, pidiendo el menú del día por tan sólo 5 EUROS por persona, bebido incluida, si, si, cierto. Fué gracioso, eramos los únicos clientes y el camarero le hizo gracia que estuviéramos allí, eramos los primeros turistas de Barcelona que había visto en toda su vida.


Continuamos con nuestra pequeña aventura, llevando las costumbres españolas a Irlanda al hacer una siesta a orillas del Río Nore y con tal paisaje de fondo.


Nuestra jornada, se acercaba a su fin y nuestro súper taxista nos dijo que a las 8 finalizaba el servicio, con lo cuál nos llevó de vuelta a nuestra mansión irlandesa. Durante el trayecto, estuvimos conversando algo con él, pero en definitiva debo añadir en mi defensa que era un hombre de pocas palabras y algo peculiar, pero contento de llevar turismo hacia su pueblo.


Era tal el cansancio que llevábamos encima que fue llegar al hotel, nos dimos un baño y nos fuimos a dormir, listos para madrugar al día siguiente, rumbo a Cork.


06.30AM, nuestro despertador sonó, sinónimo de que debíamos empaquetar todo nuestro equipaje y bajar a desayunar, nos esperaban 5h de tren para poder llegar a nuestro siguiente destino. Ese desayuno, fue uno de los mejores de mi vida, totalmente casero y recién hecho. Helen, la dueña del hotel, se ofreció de nuevo voluntaria para llevarnos a la estación sin previo aviso, al despedirnos, nos fundimos en un abrazo con ella.



(Adjunto dos canciones, parte de nuestra banda sonora durante nuestro viaje: One The One Road - The Wolf Tones y The Galway Girl - The Kilkennys)


Nuestro viaje por Irlanda, duró un total de 11 días, visitamos un total de tres condados de diferente tipologia.
Haciendo un resumen y valorando cada uno de ellos, debo decir que me quedo con las 24 horas que pasamos en Inistioge.
Todo viajero, yo incluido, tenemos la costumbre de viajar a la capital o a la segunda de abordo. ¿El problema? el no poder descubrir realmente cómo es un país y su cultura de forma profunda, pues para que esto sea posible, hay que viajar directamente al corazón del país, hacia sus zonas menos turísticas, descubrir su interior, perderte dentro de él, sentirlo y vivir el momento. Cuando lo consigues, es cuando realmente puedes sonreír y decir que has descubierto algo totalmente inesperado, al fin y al cabo es lo que todos perseguimos al viajar.


"I have to say thank you to Helen, the owner of our Hotel in Inistioge. This stop of our journey remains as my fav one. All expectations been delightfully came true. The way you treated us when abroad, breakfast you'd prepared, everything, definetely brilliant. Thanks for this amazing stay, promised to you in 2015 that I'll be here back, hope asap." - ALFRED.


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Image by Marco Meyer

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  Artículo del blog  

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