Izmir: La región jóven de Turquía
- Alfredo Moya
- 12 may 2022
- 4 Min. de lectura
Muchos tenemos esa tendencia a pensar sólo en Istanbul o en Capadoccia cuando alguien nos menciona a Turquía cómo destinación turística, pero la verdad es que es mucho más que eso, el país esconde verdaderas maravillas y increíbles destinaciones para pasar las vacaciones, más si es en verano.

En estos últimos años, zonas como pueden ser Bodrum o Antalya se han inundado de turistas adinerados, procedentes de Alemania, Francia, Reino Unido, Russia o Ucrania, pero hay una región que sigue siendo bastante tranquila y frecuentada en su mayoría por el turismo nacional, esta región es la de Izmir.
Bañada por el mediterráneo y a una hora en avión desde Istanbul, la región de Izmir se extiende a lo largo de la costa oeste de Turquía. Para llegar allí, tienes diferentes opciones pero las más fáciles son via Istanbul o vía Alemania, ya que encontrarás compañías de bajo coste como Corendon, Pegasus o Sun Express, a parte de la cara pero excelente Turkish Airlines.
Su capital, la ciudad de Izmir, es una ciudad jóven, de ambiente mediterráneo con mucha vida y con muchos estudiantes que la escogen como su destinación de vacaciones ya que los precios aún no son tan elevados como otros destinos de la Costa Sur.
Izmir, presume orgullosa de su increíble paseo marítimo que se extiende a lo largo del frente marítimo de la ciudad. Llena de restaurantes, bares y enormes terrazas, puedes degustar desde un Kahvalti (Desayuno Turco) recomiendo el Moresi Eskiköy, platos típicos de la región o cenar con Raki, su licor anisado preferido.

La ciudad, alberga sitios bonitos que uno debe visitar, como su Torre del Reloj (Izmir Saat Kulesi, en turco), un emblemático reloj del siglo pasado en el epicentro del barrio de Konak. En frente, el antiguo embarcadero ofrece diferentes opciones de restauración para poder tomar una copa frente al mar viendo el skyline de la ciudad.
Otro sitio que debéis visitar, es la Torre del Ascensor (İzmir Tarihi Asansör Binası), que sube desde el nivel del mar hasta la cima de la ciudad. Desde allí, puedes contemplar las mejores vistas de la ciudad, tomar un café o degustar alguno de sus dulces más característicos o simplemente contemplar el atardecer desde la cima.

Al ser Izmir una ciudad llana, fue divertido el alquilar por minutos los Lime, scooters eléctricos que pagar a 0,08€ el minuto, una ganga y todo un divertimento para pasear.
Cuando cae el sol, la ciudad cobra vida y sus miles de bares se empiezan a llenar, tuve la suerte de estar rodeado de locals, varios de ellos nativos de Izmir y nos llevaron a bares increíbles como el: La Puerta, de inspiración española y latina

Algo que tenéis que probar si o si, es la Izmir bombasi, un dulce hecho y relleno de increíble chocolate, pudiéndolo encontrar en cualquier sitio de la ciudad, ¡se sienten muy orgullosos de lo que han creado!
Cambio de aires: De la ciudad a la playa.

Después de pasar dos días allí, decidimos poner rumbo a la costa, concretamente a Yeni Foça, un destino muy popular entre los turcos y desconocido para los extranjeros como yo.
Fuimos a la Estación de Alsancak y allí subimos al Metro de Izmir hasta el final de la línea, cambiamos a un autobús y al cabo de 2h 30min, llegamos al pueblo de Yeni Foça, dejamos las cosas en nuestro apartamento y pusimos rumbo al único supermercado para comprar cerveza fría y cosas para comer.
Esa misma tarde, inauguramos la temporada de playa, ante nosotros, una playa enorme y completamente vacía: un gozo. En esa zona, las playas son de arena fina y de poca profundidad, parecido a nuestra costa mediterránea; motivo por el cuál mis amigos turcos me repetían: Alfredo, al final somos kankams (hermano en turco), somos hijos del mediterráneo.
Esa noche, fuimos a cenar por el paseo marítimo, encontramos un sitio tradicional llamado Veli Usta Orfoz Balik ve Et Restaurant, dónde hacían pescado a la parrilla, junto con diferentes guarniciones y delante del mar, no podíamos pedir nada más. Alargamos la cena hasta que el restaurante cerró y nos dejaron quedar en la terraza hasta terminar nuestras copas al son de: ¡escondedlas cuando terminéis!
Al día siguiente, con un poco de resaca, decidimos tostarnos al sol, pasando casi todo el día entre la arena y el mar, nadando hasta las boyas y bromeando acerca de nadar hasta Grecia, ya que la costa griega está literal a 20min en barco.
Después de deshidratarnos completamente y comer los mejillones a la parrilla con arroz, muy típicos de la región, volvimos al apartamento, nos arreglamos y nos preparamos para una emblemática noche de Raki, toda una tradición en Turquía cuando estás de celebración. Elegimos el Restaurante Eray, ya que no todos los restaurantes cuentan con el producto necesario ni con la licencia para servir alcohol o este tipo de cenas en concreto.
Una cena con Raki, licor anisado, es siempre un éxito, un no parar de reír y una celebración de vida junto a todos aquellos con quienes tienes el placer de compartir ese momento.
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