Bruselas; preámbulo: Alegre, latente y monumental

Bruselas, con algo más de 175 mil habitantes, es la capital de Bélgica y el corazón latente de la Unión Europea. Desde Tintín hasta su cerveza, sin olvidarse del Manneken Pis ni de la vida de sus calles a la que oscurece.

Fin de exámenes, vuelos baratos, cuatro días libres y un colega: Jordi, son el preámbulo a esta escapada por la Europa Central.

26 de Enero, 4 grados de temperatura, un A321 de Brussels Airlines aterrizaba en un aeropuerto del cuál fue difícil salir. Eran las once de la mañana, pasaporte y bufanda en mano pusimos rumbo al centro de Bruselas.

Debido a los recientes atentados terroristas que la ciudad había sufrido, una marea verde de soldados inundaban la estación central y todos los rincones de esa ciudad. Una mezcla de francés y neerlandés fueron la banda sonora de todo el viaje, pues el país está dividido a nivel idiomático (50-50). Llegamos un jueves de invierno, cosa que se traduce a una ciudad europea sin apenas turistas ni ambiente festivo, punto a favor para nosotros. Nos pusimos a andar hacia el Hotel para poder dejar nuestro equipaje y empezar a descubrir un nuevo país: Bélgica.

Parque del Cinquantenaire, un sitio emblemático en Bruselas

Ir sin prisas se traduce en un mayor "gozo" como turista, a pesar de que la ciudad dispone de una excelente infraestructura de transporte, nos limitamos a andar la friolera cifra de 64km en menos 4 días. Soy un fanático planificador de viajes, este viaje se organizó a 48h vista, y la no planificación fue un factor clave para el gozo; nos permitió perdernos por la ciudad, descubriendo así todo tipo de rincones ocultos y sitios emblemáticos.

- Agradable y alegre, dos palabras que empiezan a cobrar sentido a cada paso que dábamos por la ciudad. Todo se traduce en calles peatonales, coches que dejan paso al peatón, y ciudadanos que de forma pro activa te recomiendan que ver a la que te ven perdido, algo fuera de lo común y 100% veraz.

- Emblemática a cada paso que das: Bruselas te tele-transporta a diferentes épocas del pasado a través de su arquitectura, toda ella es una mezcla del gótico, barroco, art nouveau y del neoclásico del S. XIX. La no existencia de patrón arquitectónico, ves la ciudad en estado puro; descubres la historia de cada rincón con sólo observar la fachada de los edificios.

- Su gente, contenta y alegre desfila por sus calles entre cargadas, siendo "Diversidad" uno de los grandes pilares de la sociedad belga, no existe estereotipo alguno de ciudadano belga, es difícil establecer dicho concepto. Harmonía y paz es lo que realmente te podría definir a un belga, pues es un país donde las terceras generaciones no abundar, es una tierra forjada por gente de raíces europeas y africanas.

Cada paso que daba, descubría un sitio diferente a otro, una combinación de espacios urbanos y zonas verdes conforman toda la ciudad, junto con el gran número de calles peatonales y la anchura de sus calles, hacen agradable el visitar y el dia a dia de los locales. Uno de los parques iconos de la ciudad es el Parc du Cinquantenaire, creado en motivo de la Expo de 1880. Presidida por un gran arco del triunfo y dos museos, está rodeado de grandes explanadas verdes donde los locales suelen pasar sus tardes libres. Mi sorpresa? Poder andar por sus estanques, ¡completamente helados!

Después de patinar por encima de esa gran placa de hielo, pusimos rumbo a Maalbeek, el famoso distrito Europeo y lugar donde se toman todas las decisiones que condicionan nuestra vida como ciudadanos de la Unión. Un lugar totalmente diferente de la Bruselas barroca se encontraba ante nosotros, una mezcla entre la cultura contemporánea y la antigua Grecia se mezclaban en el Espacio Leopold. La palabra para definir ese complejo creo que es "magnificent", grandes estructuras acristaladas y pilares griegos combinados, con 28 banderas ondeando al son del viento.